viernes, 18 de enero de 2013

La mar, dice.

1 comentario:
The old man and the sea - Evelina Popilian

Hay aquí una niña que dice la mar. Y digo niña porque es terca como solo los niños pueden ser. Y digo en tercera persona porque así se lee mejor.
Me critican que diga la mar pero peores cosas dicen los demás. Y si lo digo así es por cariño, por caprichito y porque suena bonito.

Sino, pregúntenle a Hemingway:

«Decía siempre la mar. Así es como le dicen en español cuando la quieren. A veces los que la quieren hablan mal de ella, pero lo hacen siempre como si fuera una mujer. Algunos de los pescadores más jóvenes, los que usaban boyas y flotadores para sus sedales y tenían botes de motor comprados cuando los hígados de tiburón se cotizaban altos, empleaban el artículo masculino, le llamaban el mar. Hablaban del mar como de un contendiente o un lugar, o aun un enemigo. Pero el viejo lo concebía siempre como perteneciente al género femenino y como algo que concedía o negaba grandes favores, y si hacía cosas perversas y terribles era porque no podía remediarlo. La luna, pensaba, le afectaba lo mismo que a una mujer.»
― Ernest Hemingway (El viejo y el mar)

¿Ya ve, mamá? Hemingway sabe.

¡Hola!